Está claro, con un lápiz, David Hockney hace lo que quiere. Pero no hace aquello que no sabe desear. Cualquier conocimiento, cualquier técnica, le descubre un nuevo método, se lanza a él ávidamente y lo hace suyo. El resultado es siempre Hockney, reconocible a primera vista, pero es siempre un Hockney nuevo, fresco y avispado, en sintonía con el mundo que lo rodea. Inventando, Hockney se divierte, y mientras Hockney se divierta, es imposible que nos aburra.
Su pasión por observar (el paisaje, a sus amigos) se convierte en nuestra pasión por mirar (sus cuadros).
«David Hockney, un retratista lúcido y cruel»
Iñaki Esteban, El Correo
«David Hockney en su salsa: ochenta retratos y una vida inmortal»
Peio H. Riaño, El Español
«David Hockney, amb una mica d’ajut dels amics»
Antoni Ribas, Ara
«L’univers mental i creatiu de David Hockney»
Marc Soler, Núvol
«Verdades y miradas»
Antonio Iturbe, La Vanguardia
«Love Life»
Manuel Arranz, Levante
David Hockney. «Love Life»
Déborah Camañes, Diari de Tarragona
David Hockney. La pasión de ver
Antonio Iturbe, Librújula